^(37) Pág. 79.—Littrow, Astronomie, 1823, t. II, p. 107; Mædler, Astron., 1841, p. 212; Laplace, obra citada, p. 210.
^(38) Pag. 81.—Véase Keplero, sobre la densidad decreciente y el volúmen creciente de los planetas á medida que aumenta su distancia al Sol: considera el astro central (el sol) como el mas denso de todos. Véase su Epitome Astron. Copern. in VII libros digesta, 1618-1622, p. 420. Del mismo modo que Keplero y Otto de Guericke, pensaba Leibnitz que los volúmenes de los planetas crecen en razon de su distancia al Sol. Puede leerse su carta al burgomaestre de Magdeburgo (Maguncia, 1571), en la coleccion de Escritos alemanes de Leibnitz, editada por Guhrauer, primera parte, p. 264.
^(39) Pág. 81.—Para la comparacion de las masas, véase Encke, en las Astronom. Nachrichten de Schumacher, 1843, n.° 488, p. 114
^(40) Pag. 84.— Admitiendo con Burckhardt, 0.2725 para diámetro de la Luna y 149'09 para su volúmen, se encuentra 0,5596, ó próximamente 59 para su densidad. Véase tambien G. Beer y H. Mædler, der Mond, p. 2 y 10: y la Astronomie de Mædler, p, 157. Segun Hansen, el volúmen por unidad de nuestro satélite es proximamente 154 (149'6 segun Mædler), y su masa 187'75' tomados el volúmen y la masa de la Tierra respectivamente por unidad. Para el tercer satélite de Júpiter, el mayor de todos, las relaciones con el planeta central son: 115370 el volúmen, y 111300 la masa. Respecto al achatamiento de Urano, véanse las Atron. Nachrichten de Schumacher, 1844, n.° 493.
^(41) Pág. 87.— Véanse Beer y Mædler, obra citada, § 183, p. 208, y § 347, p. 332, y de los mismos autores la Physische Kenntniss der himmlischen Körper, p. 4 y 69, tabla I.
^(42) Pág. 89.—Los cuatro cometas mas antiguos, cuyas órbitas se han podido calcular, fueron observados por los chinos, y son: el 1.° el del año 240 (en tiempo de Gordiano III); el 2.° el de 539 (en tiempo de Justiniano); el 3.° el de 565, y el 4.° el de 837. Segun Duséjour, este último permaneció durante 24 horas, á menos de 400,000 miriámetros de la Tierra. Su aparicion aterró de tal modo á Luis el Piadoso, que este príncipe creyó deber fundar muchos conventos á fin de conjurar el peligro. Durante este tiempo, los astrónomos chinos observaban de una manera verdaderamente científica, la trayectoria aparente del nuevo astro, midieron su cola, cuya longitud era de 60°, y describieron sus variaciones; pues era unas veces sencilla y otras múltiple. El primer cometa cuya órbita ha sido calculada por solo las observaciones europeas, fue el de 1456, una de las apariciones del cometa de Halley; durante mucho tiempo se creyó equi-