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nuestro planeta, no tienen lugar las investigaciones de las causas primeras, ni las inabordables cuestiones de orígen.

Encadenada á la realidad por el espíritu de moderacion de la ciencia moderna, la descripcion física del mundo permanece estraña, no por timidez, sino por la naturaleza misma de su objeto y de sus límites, á los oscuros principios de la historia de la organizacion (20) (tomamos aquí la palabra historia en su mas usual acepcion). Una vez hechas estas reservas, la descripcion física del mundo debe mostrar que todos los materiales de que la armazon de los séres vivos está compuesta, se encuentran tambien en la corteza inorgánica de la tierra; que los vegetales y los animales se hallan sometidos á las mismas fuerzas que rigen la materia bruta, señalando en las combinaciones ó descomposiciones de esta, la accion de los mismos agentes que dan á los tejidos orgánicos sus formas y sus propiedades; solo que entonces obran dichas fuerzas bajo condiciones poco conocidas, que se designan con el vago nombre de fenómenos vitales, y que se han agrupado sistemáticamente segun analogías mas ó menos acertadas. Esto legitima la tendencia de nuestro espíritu á perseguir la accion de las fuerzas físicas hasta en la evolucion de las formas vegetales y en la de los organismos que llevan en sí propios el principio de sus movimientos; siendo tambien esto lo que constituye el enlace que existe entre el cuadro de la naturaleza inorgánica y el de la distribucion de los séres vivientes en la superficie del globo, es decir, La Geografía de las plantas y de los animales.

Sin ánimo de promover aquí nuevas discusiones sobre las diferencias que separan la vida vegetal de la vida animal, haré notar sin embargo, que si la Naturaleza hubiese dado á nuestra vista el poder del microscopio, y una perfecta trasparencia á los tejidos de las plantas, el reino vegetal estaría muy lejos de ofrecer el aspecto de inmovilidad