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cuentes allí donde el Océano aéreo descansa sobre un fondo líquido, que en las atmósferas continentales, no por ello sorprende menos ver en el seno de los mas vastos mares pequeños grupos de islas obrar sobre el estado eléctrico de la atmósfera provocando la formacion de las tempestades. En mis largas séries de investigaciones hechas en tiempo nebuloso, ó al empezar á caer la nieve, he visto á menudo á la electricidad atmosférica, vítrea en un principio de un modo permanente, pasar de súbito á la electricidad resinosa, reproduciéndose estas alternativas en diversas ocasiones, lo mismo en las llanuras de las zonas frias, que en los páramos de las Cordilleras, entre 3,200 y 4,500 metros de altura. Y siendo el fenómeno de todo punto semejante á los que indican los electro-metros en los instantes que preceden á la tempestad (14), y durante ella. Cada vesícula de vapor está rodeada de una pequeña atmósfera eléctrica; y cuando estas vesículas se agrupan y condensan en nubes de contornos determinados, la electricidad de cada una de ellas pasa á la superficie y contribuye al aumento de la tension general en la envuelta esterior (15). Las nubes de color gris pizarra cargadas de electricidad resinosa, segun las investigaciones de Peltier hechas en París; y las blancas, rosadas ó naranjadas, poseen la electricidad vítrea. Las nubes tempestuosas pueden formarse á cualquier altura. Yo las he visto coronar las cimas mas altas de los Andes; y aun he encontrado señales de vitrificacion producidas por el rayo sobre una de las rocas en forma de torre que cubren el cráter del volcan de Toluca, á 4,600 metros de elevacion. De igual manera en las bajas llanuras de las zonas templadas, la altura de ciertas nubes tormentosas, medida en sentido vertical, escedia de 8,000 metros (16). Pero en cambio la capa de nubes que encierra el rayo puede bajarse y descender alguna vez á 150 y aun á 100 metros del suelo de las llanuras.