siguientes se elevaron apenas á un metro sobre el cráter de erupcion del cieno. Cerca del pueblo de Baklichi, al Oeste de Bakon, la columna de fuego fué tan alta, que se distinguía á distancia de 4 ó 5 miriámetros. Enormes trozos de piedra, arrancados indudablemente de grandes profundidades, fueron arrojados á distancias muy considerables. En las inmediaciones de la salsa del monte Zibio, hoy en calma, cerca de Sassuolo, en la Italia septentrional, se ven todavía pedazos de aquella especie. La salsa siciliana de Girgenti (Macalubi), cuya descripcion nos dejaron los antiguos, se mantiene, de 15 siglos á esta parte, en el segundo período de su actividad, y la componen montecillos cónicos colocados por hileras de tan varia forma como altura, siendo esta última de 2, 3 y aun de 30 metros. De la cuenca superior, muy pequeña y llena de agua, manan torrentes de fango arcilloso acompañados de desprendimientos periódicos de gas. Ordinariamente estos fangos salen frios, pero hay parajes en que brotan calientes, como en Damak, por ejemplo, provincia de Samarang, en la isla de Java. Las erupciones gaseiformes acompañadas de ruido son tambien de naturaleza variable, y se La encontrado en ellas el hidrógeno mezclado con vapores de nafta, de gas ácido carbónico y aun de azoe casi puro (10). La existencia de este último gas ha sido comprobada por Parrot en la península de Taman, y por mí mismo en los pequeños volcanes de Turbaco (América del Sud).
La aparicion de los volcanes de fango ofrece siempre cierto carácter de violencia, si bien no pueden quizás citarse dos fenómenos de este género que la ofrezcan en igual grado; despues de la primera erupcion acompañada de llamas, presentan al observador el aspecto de una actividad interior del globo terrestre, débil, es cierto, pero contínua, y que siempre va ganando terreno. Pronto llega á cortarse la comunicacion con las capas profundas en donde reina un