por el Océano Indico (48), segun la indicacion magnética del Sud. He demostrado en otra obra cuánta superioridad (49) daba á los geógrafos chinos el conocimiento y el empleo de la aguja imantada en épocas tan remotas, sobre los geógrafos griegos y romanos, que ignoraron siempre, por ejemplo, la verdadera direccion de los Apeninos y de los Pirineos.
La fuerza magnética de nuestro planeta se manifiesta en la superficie por tres clases de fenómenos, uno de los cuales corresponde á la intensidad variable de la fuerza misma, mientras que los otros dos comprenden los hechos relativos á su direccion variable, es decir, la inclinacion y la declinacion; este último ángulo se cuenta en cada lugar en el sentido horizontal, á partir del meridiano terrestre. El efecto completo que el magnetismo produce en lo esterior, puede tambien representarse gráficamente por medio de tres sistemas de líneas, á saber: las líneas isodinámicas, las líneas isoclínicas, y las líneas isogónicas; ó en otros términos: las líneas de igual intensidad, de igual inclinacion y de igual declinacion. La distancia y la posicion relativa de estas líneas no permanecen siempre las mismas, sino que están sometidas á continuas desviaciones oscilatorias. Sin embargo, hay en la superficie del globo, ciertos puntos (50) tales como la parte occidental de las Antillas y el Spitzberg, donde la declinacion de la aguja imantada, no varía, ó si varía, es en cantidades apenas sensibles en el curso de todo un siglo. De la misma manera, si por consecuencia de su movimiento secular llegan algunas líneas isogónicas á pasar de la superficie del mar, sobre un continente ó sobre una isla un tanto considerable, se detienen allí largo tiempo y se doblan á medida que avanzan mas allá.
Estos cambios sucesivos y modificaciones desiguales de las declinaciones orientales y occidentales, complican las representaciones gráficas que corresponden á siglos diferen-