no, al paso que la estrella ɑ de Centauro está á 11000 radios de la misma órbita, y la estrella 61° del Cisne á 31000.
Despues de habernos ocupado de los casos en que los cometas se alejan mas del astro central, réstanos hablar de las mas cortas distancias que hasta ahora han sido medidas. El cometa de Lexell y de Burckhardt (1770), célebre por las fuertes perturbaciones que ha esperimentado del lado de Júpiter, es de todos los conocidos el que se ha acercado mas á la Tierra, pues el 28 de junio se hallaba á una distancia tan solo seis veces mayor que la de la Luna. Este mismo cometa atravesó dos veces, á lo que parece (en 1767 y en 1779) el sistema de los cuatro satélites de Júpiter, sin causar ningun trastorno en estos pequeños astros, cuyos movimientos son tan bien conocidos. La distancia del cometa de 1680 al Sol, fué ocho ó nueve veces menor que la del cometa de Lexell á la Tierra, pues el 17 de diciembre, dia de su paso por el perihelio, esta distancia no era mas que la sesta parte del diámetro solar que equivale á los 710 de la distancia de la Luna. En cuanto á los cometas cuyo perihelio se encuentra mas allá de la órbita de Marte, son raramente visibles para los habitantes de la Tierra, á causa de su alejamiento; sin embargo, el cometa de 1729 llegó á su perihelio en la region situada entre las órbitas de Palas y de Júpiter, y fué observado aun mas allá de este último planeta.
Desde que los conocimientos científicos, mezclados de algunas nociones imperfectas y confusas, han penetrado mas hondamente en la sociedad, háse esta preocupado mas que otras veces de las catástrofes de que estamos amenazados por el mundo de los cometas, si bien sus temores han tomado una direccion menos vaga. La certeza que existe, sin salir del seno mismo de nuestro mundo planetario, de que hay cometas que recorren tras cortos intervalos las regiones en que la Tierra ejecuta sus movimientos; las pertur-