animadas de una velocidad enorme, pueden producir efectos considerables; pero despues de haber probado Laplace que es imposible atribuir al cometa de 1770 ni aun los 51000 de la masa de la Tierra, ha calculado con bastantes visos de probabilidad que la masa media de los cometas es inferior en 1100000 de la de la Tierra (próximamente 11200 de la masa de la Luna) (54). Sea como quiera, es preciso guardarnos de confundir el encuentro de la Tierra y del cometa de Biela con el paso de este á través de nuestra órbita; paso que se verificó el 29 de octubre de 1832, hallándose la Tierra entonces á una distancia tal de este punto de su órbita, que no llegó á él sino al cabo de un mes entero.
Las órbitas de estos dos cometas de breve periodo se cortan tambien entre sí, no siendo por lo tanto improbable, atendidas las fuertes perturbaciones á que están sometidos estos pequeños astros, que puedan encontrarse y chocar (55). Si tal acaeciese efectivamente, á mediados de un mes de octubre, los habitantes de la Tierra presenciarian el maravilloso espectáculo del choque de dos cuerpos celestes, ó mas bien de su mútua penetracion, tal vez de una aglutinacion que los reuniese en un solo cuerpo, ó quizás tambien los veriamos disiparse completamente en el espacio. Tales consecuencias de la accion perturbadora de las masas preponderantes ó de la situacion relativa de órbitas que se cruzaron siempre, pueden muy bien haberse realizado frecuentemente, há miles de siglos, en la inmensidad de los cielos; estos acontecimientos no dejarian de ser por ello accidentes aislados, sin accion sobre los grandes hechos generales, y sin mas influencia que la erupcion ó la obliteracion que un volcan puede tener en el estrecho dominio que ocupamos.
Un tercer cometa de corto periodo ha sido descubierto por Faye el 22 de noviembre de 1843 en el Observatorio de París. Su órbita elíptica se acerca mas á la