y siete veces mas pequeño que este último astro. Los planetas mas apartados del Sol, los mayores, los menos densos y mas aplanados, son precisamente los que poseen mayor número de satélites. Ni el mismo Urano forma escepcion de esta regla bajo ningun concepto, pues su aplanamiento, determinado por las nuevas investigaciones de Mædler, escede en 110 al de todos los demás planetas. Pero en aquellos lejanos sistemas, la diferencia de diámetros y de masas entre los satélites y el astro central, es mucho mas pronunciada que en el sistema análogo formado por la Tierra y la Luna (40), que distan entre sí 38,400 miríametros (51,800 millas geográficas). Las relaciones de densidad son tambien en todo diferentes; porque la densidad de la Luna es 39 de la de la Tierra; al paso que el segundo satélite de Júpiter parece mas denso que su planeta central, si es permitido prestar siempre una entera confianza á determinaciones tan delicadas como lo son las de las masas y volúmenes de aquellos satélites.
De entre todos estos sistemas secundarios, al menos entre aquellos cuya teoría ofrece un cierto grado de exactitud, el mas singular es seguramente el mundo de Saturno, en el cual se encuentran reunidos los casos estremos por lo tocante á las magnitudes absolutas y distancias de los satélites al planeta central. Asi, pues, el sesto y sétimo satélite de Saturno son enormes, de volúmen muy superior al de todos los de Júpiter, y principalmente el sesto que quizás difiera poco de Marte, cuyo diámetro es precisamente el doble del diámetro de nuestra Luna: mientras que por el contrario, los dos satélites mas próximos á Saturno, que descubrió en 1787 William Herschell con el auxilio de su telescopio de 40 pies, y mas tarde observados á duras penas por John Herschell en el Cabo de Buena-Esperanza, por Vico en Roma, y por Lamont en Munich, son, juntamente, con los satélites de Urano, los astros mas pe-