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No sufras, ni abatas porque la suerte dura
Nos siga presentando desconsolada faz;
Nos basta tu cariño, nos basta tu ternura
Para vivir dichosas en sosegada paz.

Tú formas el tesoro que tengo mas precioso,
La vida de mi vida, mi luz, mi inspiracion;
Y en tus amantes brazos ¡oh padre cariñoso!
Tu amor y tus caricias mi recompensa son.

Hay tales tesoros de ternura y bondad en su corazon que es imposible conocerla sin amai'la con esa respetuosa pasion que inspira la virtud.

Su vida carece de los episodios curiosos que embellecen las pájinas en que se consignan los nombres de las celebridades que dan gloria á la Patria.

Para ella se limita el mundo en su casa, sus encantos en la familia y cuanto no tenga relacion con ella nada le inspira.

Es virtuosa y humilde como la persona mas infeliz: ni los bienes, ni los títulos, que de tiempo inmemorial blasonan el ilustre nombre de su generacion, ni las muy justas celebraciones que le han prodigado muchos poetas, han podido llevar hasta su alma el indomable brio del orgullo, ni el vértigo de la vanidad: muy léjos de esas mezquinas pasiones dista el corazon de esta dulcísima cantora cubana: observen nuestros lectores el reflejo de sus sentimientos en la siguiente sentida composicion.




Es de los prados violeta humilde,
Que entre sus hojas se ve temblar,
Si la acaricia céfiro blando
Gratos perfumes recogerá.


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