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Mi voz en el silencio sublime de esa hora
Se alzó magnetizando mi vírgen corazon,
Y arrebatada el alma con fuerza arrobadora
Idealizó sus sueños poética ficcion.
Las selvas y las olas oyeron mi gemido;
Sus écos respondieron á mi doliente voz;
Las brisas en sus besos llevaron el sonido
De mi cantar primero hasta los pies de Dios.
1875.