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LITTERAE

Nos viene a la mente el Apóstol[a], a quien con razón se le considera autor de la promulgación del Evangelio entre los indios; luego Francisco Javier que, mucho tiempo después, trabajó tenazmente por el mismo propósito, comprometiéndose con increíble perseverancia y amor a convertir a cientos de miles de indios a una religión y una fe sanas, lejos de las fantasías del brahmanismo y de las supersticiones inaceptables. Después de aquel santo, muchos sacerdotes de unas y otras Ordenes, por decisión y mandato de la Sede Apostólica, intentaron, e intentan diligentemente, salvaguardar y difundir las sagradas instituciones cristianas que introdujo w:Tomás el Apóstol:Tomás y consolidó Francisco Javier. Sin embargo, en una región tan vasta, ¡cuántos hombres están todavía lejos de la verdad y envueltos en las tinieblas de una miserable superstición! Especialmente en el norte, cuán vasto territorio no está aún disponible para recibir la simiente del Evangelio.

Haciendo estas consideraciones en nuestra alma, ciertamente confiamos plenamente en la misericordia y bondad de Dios, nuestro Salvador, quien es el único que conoce las oportunidades y los tiempos maduros para dar su luz, y que suele empujar las mentes de los hombres por el recto camino de la salvación, con el soplo silencioso de la inspiración celestial. En la medida de nuestras posibilidades, queremos y debemos trabajar duro para que gran parte del mundo sienta algún beneficio de Nuestras vigilias. — Con este propósito y deseo, por si de alguna manera pudiera organizarse y acrecentarse más fácilmente la herencia cristiana en las Indias Orientales, hemos establecido felizmente algunas medidas destinadas a beneficiar la salud del nombre católico.

En primer lugar, en virtud del patronato de Portugal en las Indias Orientales, hemos establecido, con el fidelísimo Rey de Portugal y de los Algarbes, con un intercambio de promesas, algunos acuerdos. Por esta razón, aquellas disputas, no pequeñas, que durante mucho tiempo han angustiado las almas de los cristianos, una vez eliminado el motivo de la disputa, se calmaron. Juzgábamos, además, llegado el momento maduro para que en cada una de las comunidades cristianas, que antes había estado bajo Vicarios o Prefectos Apostólicos, se estableciese diócesis, con sus obispos y administradas de acuerdo con el derecho ordinario. Por esto, con la carta apostólica Humanae salutis, del 1 de septiembre de 1886, se estableció una nueva Jerarquía en esas regiones que incluye ocho provincias eclesiásticas, a saber, Goa, con título patriarcal honorífico, Agra, Bombay, Verapolis Calcuta, Madras, Pondicherry y Colombo. Finalmente, todo lo que pueda dar frutos para la salvación eterna, todo lo que consideramos útil para aumentar la piedad y la fe, tratamos de hacerlo constantemente con Nuestro sagrado Consejo, para difundir el nombre cristiano.
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