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Comentario Oficial
Acta Apostolicae Sedis

aunque no estén en el mismo condición de esos. Por supuesto, enamorados como están de los engaños de los alborotadores, a cuyos indicios parecen ser extremadamente dóciles, aquellos que podrían persuadirlos de ser hombres iguales por naturaleza, no entienden que todos deben ocupar el mismo rango en el consorcio social, pero ¿Esa posición que con sus cualidades, no opuestas por las circunstancias, ha adquirido? Por esta razón, cuando los pobres luchan con los ricos, como si hubieran tomado posesión de una parte de los bienes de otros, no solo ofenden la justicia y la caridad, sino que también razonan, especialmente porque ellos también, si quisieran, podrían esfuerzo de trabajo honorable para mejorar la condición de uno. A qué consecuencias, no menos desastrosas para los individuos que para la sociedad, lleva el odio de clase, no hace falta decirlo. Todos vemos y nos quejamos de la frecuencia de las huelgas, por las cuales ocurre repentinamente el arresto de la ciudad y la vida nacional en las operaciones más necesarias; Del mismo modo, los disturbios y disturbios amenazadores, en los que a menudo sucede que damos armas y corremos sangre.

No queremos repetir aquí las razones que prueban lo absurdo del socialismo y otros errores similares. León XIII, nuestro predecesor, lo trató con gran habilidad en encíclicas memorables; y ustedes, Venerables Hermanos, buscan, con su interés habitual, que esas enseñanzas autorizadas nunca caigan en el olvido, y que de hecho en las asociaciones católicas, en las conferencias, en los discursos sagrados, en la prensa católica siempre hay una insistencia en ilustrarlas sabiamente y 'inculcarlos según sea necesario. Pero en particular, no dudamos en repetirlo, con todos los argumentos, que el Evangelio nos da y que nos dan la misma naturaleza humana e intereses públicos y privados, intentemos exhortar a todos los hombres a amarse mutuamente en virtud de cada uno. del precepto divino sobre la caridad. El amor fraternal ciertamente no valdrá la pena eliminar la diversidad de condiciones y, por lo tanto, de clases. Esto no es posible, ya que no es posible que en un cuerpo orgánico todos los miembros tengan la misma función y dignidad. Sin embargo, se asegurará de que los más altos se inclinen ante los más humildes y los trate no solo de acuerdo con la justicia, según sea necesario, sino con benevolencia, con afabilidad, con tolerancia: los más humildes consideran a los más humildes con satisfacción de su bien y con confianza en su apoyo: de la misma manera que los hermanos menores de la misma familia confían en la ayuda y defensa de los mayores.

Sin embargo,