cabo por Mr. Regnault, la de 331 á la de 0°, aumentando ésta de unos 6 decímetros por grado de temperatura.
Velocidad del sonido en el agua.—Collandon y Sturm determinaron la velocidad del sonido en el agua en el lago de Génova, valiéndose del siguiente procedimiento: Una embarcación sostenía, sumergida en el agua, una campana que se golpeaba por medio de un mazo. movido por una palanca; esta palanca llevaba en su otro extremo una mecha encendida que determinaba la inflamación de una pequeña cantidad de pólvora en la cubierta del buque al mismo tiempo que hacía sonar la campana. Un observador, colocado á una distancia conveniente, aplicaba el oído en el extremo de un tubo cuya parte inferior, en forma de embudo y cerrado por una membrana, se hallaba sumergida en el agua, y media el tiempo que transcurría entre el momento de la inflamación de la pólvora, que era el de la producción del sonido, y en el que oía la campana. El resultado á que llegaron fué, que la velocidad del sonido en el agua es de 1.435 metros por segundo, á la temperatura de 8°, ó sea, más de cuatro veces la velocidad del mismo en el aire.
Velocidad del sonido en los cuerpos sólidos.— Los únicos experimentos directos hechos con el objeto de determinar la velocidad del sonido en los sólidos, se refieren á los tubos de hierro fundido de una cañería destinada á la conducción de aguas. Biot dispuso en el extremo de la cañería, que mide una longitud de 951m,25, un timbre y un martillo que, al golpearlo, golpeaba igualmente el borde del tubo, con lo que, un observador colocado en el otro extremo, oía primero un sonido correspondiente al golpe recibido por el tubo y transmitido por el mismo, y más tarde, con un intervalo de dos segundos y medio, el del timbre, transmitido por el aire. Con estos datos es fácil calcular la velocidad del sonido en la fundición, que resulta ser diez y media veces mayor que en el aire.
La velocidad en otros cuerpos sólidos, como en los li-