Y en ese riente arpegio,
La dicha entera que en el mundo cabe,
La alegre risa, que los niños vierten;
Y coronando todo,
Ese acorde final que me estremece,
Esa completa cesación de notas
Imagen de la muerte,
El acorde final de la existencia...
...................................
Ya no soy más que espíritu; divago,
Y de la nada de las cosas, subo
En escala ascendente,
Y es mi vuelo tan alto,
Que hasta la «Causa Inconmovible» llego:
Y en esa altura, como
Una nube purísima de incienso,
Me ha llegado en efluvios
Todo lo blanco que en la Tierra existe:
Las almas puras, y los lirios suaves,
Las hostias sacrosantas y la nieve;
Todo lo blanco, todo,
Como una nívea túnica me envuelve,
Y me siento más buena,
Y también algo ángel; y en mi anhelo
Al mundo que solloza
Envolverlo quisiera, en el incienso
De mi túnica blanca,
Para darles consuelo a todos, todos;
Porque ahora comprendo
Las penas y miserias;
Porque, lloro con todos los que lloran,
Porque con todos los que sufren, sufro...
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Ruido, pasos, la puerta que se abre
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