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su perdida libertad.
Niña amada, tan hermosa
como esquiva y desdeñosa:
á tu reja,
en la noche á dar mi queja
llego, amante trovador;
porque en ella verme quiero
prisionero
Codicioso de tu encanto,
sin tu amor me anego en llanto.
Yo, sin nido,
soy el pájaro perdido
que respira en libertad;
y el desden de la que adoro
canto y lloro