LIBRO IV 385
ciento y treynta y ocho soldados que vinieron en la nao almiranta que. por el estrecho «de magallanes debajo ' «¿e contrato su.ulagostad mando déspachar para el Rey- no de Chile de que son capitanes Don Miguel “de Sese y Pedro Salgado de Losada y como an sucedido algu- 1 has pendensias y heridos y otros delitos de que los ve- zinos y moradores y demas personas que residen en esta ciudad estan aterrorisadas y con riesgo por cúya ragon conbenia que los diehos soldados se despaghasen para que saliesen desta ciudad con toda brevedad por- que de mas de que sesaran los dichos daños sierta gente a de yr por tierra a Chile combiene a el servicio de su magestad que salgan luego porque lleguen a prene sipio del verano a Chile porque si llegan mas tarde podria ser de daño e yncobeniente y asi todos los ca- pitulares fueron de acuerdo y pareser quel procurador general desta ciudad salga a este negosio por lo que toca al servicio de Dios y de su magestad y al bien y quietud desta Republica y pida como este cavyldo pi- de a el Señor Justicia mayor y oficiales Reales luego acudan a el brevs y buen despacho” de los dichos sol- dados aunque sea supliendo el gasto de la Real ha- zienda de su magestad pues despues se podria cobrar y satisfaser de las personas bienes y fiadores que lo debieren pagar porque si es necesario para lo referido dieron a el dicho procurador general el poder bastan- te que en tal caso se requiere y estando presente el dicho Bernardo de Leon procurador general lo aseto, Y en este estado entro Francisco de Manganares al- guasil mayor de governacion y se le dio noticia de lo referido y dijo que seconformaba con el dicho pareser. Y con esto se agabo serro y firmo este cavildo. Dom Diego Paez de Clavijo.—Hernan Suares Mal- donado.—Pedro de la Pobeda.—Alenso Agreda de Ver-
2
