INTRODUCCIÓN vu
á crear intereses económicos que le son peculiares con géneros de un tráfico desconocido y no apre- ciado hasta entonces, pero que reclaman voz y jus- ticia desde el primer dia en que aparecen humilde- mente como todo lo que está en vía de formación, pero con aquella tenacidad de lo que está destinado á tomar robustez y constituir los hechos predomi- nantes de un centro productor y mercantil.
Buenos Aires desde sus primeros pasos muestra yá que no era ni habia de ser una ciudad adminis- trativa y de pura burocracia colonial, sinó el órga- no de una región rural, germen futuro de su rique- za, de su poder y de su independencia, que había nacido para destruir y volcar el sistema comercial y colonial que la España había dado á sus colonias en el continente Sud-Americano.
El fomento, la cría y la matanza de los gana- dos con miras comerciales; la producción, la molien- da y la repartición de los cereales, el corte de los montes, habían comenzado á ser de una diaria preo- cupación en el Ayuntamiento de la ciudad desde el año 1589 como se habrá visto en el volumen an- terior * y con esa preocupación comenzó tambien el anhelo de que se le permitiera traficar con esos pro- ductos derogando por cortos plazos la prohibición de hacerlo en que la ciudad y su puerto se hallaban.
Hasta 1596, el gobierno de España no había so- ñado siquiera cual era la naturaleza del país que tenía en las orillas del Rio de la Plata. No le había dado una sola mirada; y no es extraño que así fue- ra, cuando vemos que á fines del siglo pasado, un
1 En el índice del tomo 1* y en el presente pueden encon- trarse todas estas materias bajo los nombres de: ganados, trigo, moliendas, permisiones etc.