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7 DE JULIO

DB JULIO

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mío, que ya está esperando ©1 reúma y le dice: «ven, perro: te espero tranquilo.»

— Ustedes saldrán bien— añadió Naranjo,

— pero yo... Es seguro que los guardias serán derrotados. Ya me estoy viendo en la horca. ¡Maldito sea el día en que nací, y más maldita la hora en que recibí en mi casa á D. Víctor Damián Sáezl Él se quedará en Palacio tan tranquilo al lado de S. M., y yo.. ¡Plazuela de la Cebada, huye de mi vistal

— Fruto de la conspiración, |cuán amargo eres! Para una vez que salea dulce y sazonado, ciento te pudres antes de madurar. Yo sé lo que es eso. Amigo Naranjo, le compadezco á usted.

— Con razón, porque... vea usted... sin comerlo ni beberlo. Después de todo, ¿qué he hecho yo? Nada más que franquear -mi casa á D. Víctor Sáez, que me dijo necesitaba un lugar modesto y callado, donde pudieran avistar* se cuatro ó cinco personas sin infundir sospe* chas. Ellos lo han hecho todo; yo veía y callaba, y vigilaba la casa para que no la invadiera ningún intruso. Me han prometido villas y castillos: aquí han fraguado esa conspiración que ha salido tan mal por la impaciencia de los guardias; aquí se han puesto de acuerdo el confesor del Rey y el Conde de Moy; aquí han venido Infantado y Castro -Terreño; aquí se . han recibido los despachos de Eguía y de la Junta de Bayona, traídos por una señora desconocida; aquí se ha hecho todo; pero yo no soy culpable de nada más que de ver y callar y ofrecer mi casa. Aborrezco el Sistema; pero amo mi vida, esta vida que no me devolverá