Página:2 Víctimas del Chic-Primera Edición.pdf/74

Esta página ha sido validada
58
JOSÉ MANUEL HIDALGO.

llero. Pero no es una razón para que en mis manos se rompan las tradiciones de mi familia, para ver destruidas mis esperanzas y perdidas mis ilusiones, ese enlace es imposible.

Sylvain, como quien toma una resolución, dijo con voz vibrante:

- Pues que estamos en momentos de confesiones, yo quiero hacer la mía. Tampoco mi corazón me pertenece; ya lo he dado á quien me ha dado también el suyo; amo con pasión á la hermana de Raoul, y mi dicha depende de unirme á ella.

- ¡Qué oigo! dijo sofocado el Marqués. Estos hijos quieren matarnos, ¿Qué te parece á ti, que fuiste hija incomparable como eres esposa modelo? Sí, estos hijos quieren matarnos ¡que novela, Dios mío! ¡qué novela! ¿Es eso lo que se llama fin de siglo?

La Marquesa dijo:

- He estado callando y sufriendo; siento con mis hijos, comprendo tu enojo, y pido á todos cese esta conversación, en tanto que el cielo á todos nos ilumine.

- Que cese en buen hora, - dijo el Marqués con refrenada indignación, pero conservando siempre