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VICTIMAS DEL CHIC.

ges, de perifrases y eufemismos dijo bruscamente:

-¿Cómo puede usted ignorar que Esternay está arruinado?

-¡Mi yerno! ¿qué dice usted? ¡Si es un modelo!...

-Del perdido. En esos clubs se le ha ido mucho tirando de la oreja a Jorge, en la Bolsa ha pagado diferencias enormes, y luego, con amigos que le han explotado, con las sangrías de las pécoras, con las francachela y borracheras...

-¡Por amor de Dios, no siga usted! Es imposible lo que usted dice, Yolande me lo habría dicho...

-La buena pieza de Yolande no se lo ha dicho á usted porque habría que ajustar cuentas con ella, descubrir que el furor del lujo, el despilfarro, la ha hecho ha tiempo encetar el capital, que pasa la vida pindongueando, para hacer como las otras, como su gran amiga la baronesa de Pessac.

-¡Jesús Dios mío! ¡Calle usted! Eso no es, eso no puede ser; en la provincia han inventado esas calumnias y usted nos hace el agravio de creerlas, usted, antiguo y buen amigo; pero, ¿no ha pensado usted en que me mataría can sólo repetirlas? ¿Qué he oído, Santo Dios?