Página:2 Víctimas del Chic-Primera Edición.pdf/168

Esta página ha sido validada

152

JOSÉ MANUEL HIDALGO.

muchos creían que Vorcy quedaria bien con las dos, porque á ambas engañaría.

Pero Yolande no sospechó el peligro de jugar con fuego, y poco á poco, sin sospecharlo, acabó por enamorarse de veras de él, con esa fogosidad de una primera pasión en quien ha tenido el corazón adormecido en medio de vanidades y de alegrias. Y aunque no faltaron quienes la refirieron sus antiguas fechorías é indelicadezas, sus amores escandalosos, sus aventuras extravagantes, y aun, que si fuera su mujer, seria capaz de jugarla á una carta, todo eso no hacia más que exaltar su imaginación, pues hay mujeres que se entusiasman con las calaveradas de esos Don Juanes de pacotilla, por indignos que sean; y ella, en su lamentable cariño, decía que aun sabía más sobre él y no había de dejar por eso de quererlo. (1)

Eso no podía convenir á la Baronesa: quería una mujer frivola, vanidosa y dominada por el chic, que hacía lo que quería de ella y lo explotaba; pero una enamorada de veras, tierna y obcecada, no era divertida ni podía servir ya para nada. Hizo cuanto pudo para


 (1) Histórico