en su seno la ciudad de Hércules.—¡Imagínese cualquiera (después de saber que, á favor de la cariñosa hospitalidad de un distinguido amigo, entré desde luego en relaciones con muy distinguidas familias) cuánto gozaría yo en la población que es juntamente emporio de la gracia, de la cortesía y de la bellezal—Treinta y un años han transcurrido desde entonces... ¡Treinta y un años! ¡Toda una vidal—¡Y, sin embargo, me conmueven hoy de tal manera los recuerdos de las delicias que allí me depararon la Naturaleza, la civilización y la suerte, que juzgo necesario en este momento soltar dos minutos la pluma, á fin de que mi imaginación pueda hablar á sus solas de unos particulares que en modo alguno interesan á los lectores, máxime habiéndose muerto tantísima gente desde aquella fecha!
Página:1891-Últimos escritos, Pedro Antonio de Alarcón.pdf/73
Hubo un problema cuando se corregía esta página