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priesa pensando llegar aquella noche al pueblo; y porque el fardaje venia algo derramado, mandé á un capitán que se quedase allí en aquellas labranzas con veinte de caballo, y los recogiese y durmiese allí con ellos, y recogidos todos, que siguiese mi rastro, y trabajasen de andar por un caminillo algo seguido, Aunque de monte muy cerrado, á pié, con, el caballo, de diestro, y todos los que me seguían de la misma manera, y fui por él hasta que, cerca la noche, di en una ciénaga que sin aderezarse no se podia pasar, y mandé que de mano en mano, dijesen que se volviesen atrás; y así, nos volvimos á una cabanilla que atrás quedaba, y dormimos aquella noche en ella, sin tener agua que beber nosotros ni los caballos, y otro día por la mañana hice aderezar la ciénaga con mucha rama, y pagamos los caballos de diestro, aunque con trabajo, y á tres leguas de donde dormimos, vimos un pueblo en un peñol, y pensando que no habiamos sido sentidos, llegamos en mucho concierto hasta él, y estaba tan bien cercado, que no hallábamos por dónde entrar: en fin, se halló entrada, y hallábamos despoblado y muy lleno de bastimentos de maíz y aves y miel y frisoles y de todos los bastimentos de la tierra, en mucha cantidad, y como fueron tomados de improviso, no lo pudieron alzar, y también cómo era frontero, estaba muy bastecído. La manera deste pueblo es que está en un peñol alto, y por la una parte le cerca una gran laguna, y por la otra