Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/534

Esta página ha sido corregida
524

Todas las veces que á vuestra sacra majestad he escrito, he dicho á vuestra alteza el aparejo que hay en algunos de los naturales destas partes para se convertir á, nuestra santa fe católica y ser cristianos, y he enviado á suplicar á vuestra cesárea majestad, para ello mandase proveer de personas religiosas de buena vida y ejemplo. Y porque hasta agora han venido muy pocos, ó cuasi ningunos, y es cierto que harían grandísimo fruto, lo torno á traer á la memoria á vuestra alteza, y le suplico lo mande proveer con toda brevedad, porque dello Dios nuestro Señor será muy servido, y se cumplirá el deseo que vuestra alteza en este caso, como católico, tiene. E porque con los dichos procuradores Antonio de Quiñones [1] y Alonso Dávila, los

  1. Antonio de Quiñones asió de un brazo á Cortés cuando se vió en gran peligro, y le sacó de entre los indios mexicanos. No se logró esta remesa de alhajas hacia al rey Cárlos I porque junto a los Azores apresó las carabolas ó navíos el cosario francés llamado Flerin, y fué la mayor lástima, pues llevaba Quiñones cosas admirables, es á saber: muchas piedras finas, en particular una esmeralda como la palma de la mano, cuadrada y que remataba en punta do pirámide; una vajilla de oro y plata en tazas, jarros, escudillas, platos, ollas y otras piezas, vaciadas usas como aves, otras como peces, otras como animales, otras como frutas y flores, y muy al vivo; muchas manillas, zarcillos, sortijas, bezotes ó arillos que los indios traían pendientes del labio inferior, derivado del término bezo y joyas de hombres y mujeres; algunos ídolos y cerbatanas de oro y plata; todo lo cual valia más de ciento y cincuenta mil ducados: ademas desto, llevaban muchas máscaras mosáicas de piedras finas pequeñas, con las orejas de oro, los colmillos de hueso; muchas ropas de sacerdotes gentiles, frontales, palias y otros ornamentos de templo tejidos de plumas, de