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por otro pueblo suyo que tambien estaba de guerra; pero como vieron venir tanto poder sobre ellos, saliéronle de paz, y el alguacil mayor habló con el señor de aquel pueblo, y díjole que ya sabia que yo recibia con muy buena voluntad á todos los que se venian á ofrecer por vasallos de vuestra majestad, aunque fuesen muy culpados; que le rogaba que fuese á hablar con aquellos de Matalcingo [1] para que se viniesen á mí, y profirióse de lo hacer así y de traer de paz á los de Marinalco; y así, se volvió el alguacil mayor con esta victoria á su real. E aquel dia algunos españoles estaban peleando en la ciudad, y los ciudadanos habian enviado á decir que fuese allá nuestra lengua, porque querian hablar sobre la paz; la cual, segun pareció, ellos no querian sino con condicion que nos fuésemos de toda la tierra; lo cual hicieron á fin que los dejásemos algunos dias descansar y fornecerse de lo qué habian menester, aunque nunca dellos alcanzamos dejar de tener voluntad de pelear siempre con nosotros, y estando así platicando con la lengua muy cerca los nuestros de los enemigos, que no habia sino una puente quitada en medio, un viejo dellos allí á vista de todos sacó de su mochila [2], muy despacio, ciertas cosas que comió, por nos dar á entender que no tenian necesidad, porque

  1. Mathlacingo,
  2. Mochila, según Covarrúbias, se llama la taleguilla en que el soldado lleva su refresco ó su ropa.