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cerramos hasta las primeras casas de la ciudad [1]. E porque de la otra parte de la calzada, como los bergantines no podian pasar, andaban machas canoas y nos hacían daño con flechas y varas que nos tiraban á la calzada, hice romper un pedazo della junto á nuestro real, y hice pasar de la otra parte cuatro bergantines; los cuales, como pasaron, encerraron las canoas todas entre las casas de la ciudad, en tal manera que no osaban por ninguna via salir á lo largo. E por la otra parte de la calzada los otros ocho bergantines peleaban con las canoas, y las encerraron entre las casas, y entraron por entre ellas, aunque hasta entonces no lo habian osado hacer, porque habia muchos bajos y estacas que les estorbaban. E como hallaron canales por donde entrar seguros, peleaban con los de las canoas, y tomaron algunas dellas, y quemaron muchas casas del arrabal, é aquel dia todo despendimos en pelear de la manera ya dicha.

Otro dia siguiente el alguacil mayor con la gente que tenia en lztapalapa, así españoles como nuestros amigos, se partió para Cuyoacan, y dende allí hasta la Tierra-Firme viene una calzada que dura obra de legua y média. Y como el alguacil mayor comenzó á caminar, á obra de un cuarto de legua llegó á una ciudad pequeña, que también está en el agua, y por muchas partes della, se puede andar á caballo, y los naturales de allí comenzaron á pe-

  1. Hasta cerca de donde hoy está la garita de los Guardas.