adonde fuimos aquella noche á dormir, y fuimos de los españoles bien recibidos, y se holgaran con nuestra venida como de la salvacion; porque despues que yo me habia partido dellos; no habian sabido de mi fasta aquel día que llegamos, y habian tenido muchos relatos en la ciudad. E los naturales della los decian cada dia que los de México Temixtitan habian de venir sobre ellos, en tanto que yo por allí andaba; y así se concluyó, con la ayuda de Dios, esta jornada, y fué muy gran cosa, y en que vuestra majestad recibió mucho servicio por muchas causas, que adelante se dirán.
Al tiempo que yo, muy poderoso y invictísimo señor estaba en la ciudad de Temixtitan, luego á la primera vez que á ella vine, proveí, como en la otra relacion hice saber á vuestra majestad, que en dos ó tres provincias aparejadas para ello se hiciesen para vuestra majestad ciertas casas de granjerías, en que hubiesen labranzas y otras cosas, conforme á la calidad de aquellas provincias. E á una dellas que se dice Chinanta[1], envié para ello dos españoles; y esta provincia no es sujeta á los naturales de Culúa, y en las otras que lo eran al tiempo que me daban
de aguas se cierra la compuerta, y es lástima ver anegada la iglesia parroquial, que es una de las mejores fábricas del arzobispado, y aun creo del reino.
- ↑ Chinantla está hacia Veracruz mas adelante de la isla de Sacrificios; y á esta provincia fué enviado Hernando Barrientos, y en ella mandó Cortés hacer las lanzas más largas y fuertes, y por los pedernales negros de que hacian las lanzas se llamó Chinantla.