nuestra amistad era porque pensaban que satisfacían sus culpas en consentir primero hacerles daño, creyendo que hecho no terniamos despues tanto enojo dellos.
Aquella noche dormimos en aquel pueblo, y por la mañana seguimos nuestro camino por una tierra de pinales, despoblada y sin ninguna agua, la cual y un puerto pasamos con grandísimo trabajo y sin beber; tanto que muchos de los indios que iban con nosotros perecieron de sed; é á siete leguas de aquel pueblo en unas estancias paramos aquella noche. Y en amaneciendo tomamos nuestro camino[1] y llegamos á vista de una gran ciudad que se dice Suchimilco, que está edificada en la laguna dulce, é como los naturales della estaban avisados de nuestra venida, tenian hechas muchas alla radas y acequias, y alzadas los puentes de todas las entradas de la ciudad, la cual está de Temixtitan tres ó cuatro leguas, y estaba dentro mucha y muy lucida gente y muy determinados de se defender ó morir. E llegados, y recogida toda la gente y puesta en mucha órden y concierto, yo me apeé de mi caballo y seguí con ciertos peones hácia una albarrada que tenian he-
- ↑ Desde Cuernavaca volvieron hácia México, y pararon en Xochimilco, que está junto á la laguna de Chalco, y hoy hay muchas familias de indios que por agua y tierra comercian en México.