pecial ciertas azoteas que estaban junto á la fortaleza, de donde nos hacian mucho daño. E con lo que aquella noche se les hizo recibieron mucho temor, y en esta misma noche hice tornar á aderezar los ingenios qué el dia antes nos habian desconcertado.
Y por seguir la victoria que Dios nos daba, salí en amaneciendo por aquella calle donde el dia antes nos habian desbaratado, donde no menos defensa hallamos que el primero; pero como nos iban las vidas y la honra, porque por aquella calle estaba sana la calazada que iba á la Tierra—Firme[1], aunque hasta llegar á ella habia echo puentes muy grandes y hondas, y toda la calle de muchas y altas azoteas y torres, pusimos tanta determinacion y ánimo, que ayudándonos nuestro Señor, les ganamos aquel dia las cuatro, y se quemaron todas las azoteas y casas y torres que habia hasta la postrera dellas. Aunque por lo de la noche pasada tenian todas los puentes hechas muchas y muy fuertes albarrudas de adobes y barro, en manera que los tiros y ballestas no les podian facer daño. Las cuales dichas cuatro puentes cegamos con los adobes y tierra de las albarradas y con mucha piedra y madera de las casas quemadas. E aunque todo no fué tan sin peligro que no hiriesen muchos españoles,
- ↑ Esta calle es la de Tacaba, que es la tierra firme que entonces tenian, pues por todas las demas partes era laguna.