se ayudar los unos á los otros, y que desta manera habian venido allí, y no por su mandado; pero que adelante yo veria en sus obras si era verdad lo que él me habia enviado á decir ó no, y que todavía me rogaba que no curase de ir á su tierra, porque era estéril, y padeceriamos necesidad, y que de donde quiera que yo estuviese le enviase á pedir lo que yo quisiese, y que lo enviaria muy cumplidamente. Yo le respondí que la ida á su tierra no se podia excusar, porque habia de enviar dél y della relacion á vuestra majestad, y que yo creía lo que él me enviaba á decir; por tanto, que pues yo no habia de dejar de llegar á verle, que él lo hobiese por bien, y que no se pusiese en otra cosa, porque seria mucho daño suyo, é á mí me pesaria de cualquiera que le viniese. Y desde que ya vido que mi determinada voluntad era de velle á él y á su tierra, me envió á decir que fuese en hora buena; que él me esperaria en aquella gran ciudad donde estaba, y envióme muchos de los suyos para que fuesen conmigo, porque ya entraba por su tierra; los cuales me querian encaminar por cierto camino[1] donde ellos debian tener algun concierto para nos ofender, segun despues pareció; porque lo vieron muchos españoles que yo enviaba despues por la tierra. E habia en aquel camino tantas puentes y pasos malos,
- ↑ Este camino era por Calpulalpa, y no quiso Cortés ir por él.