sejera de la Editorial Jurídica. Un signo de los nuevos tiempos.
La Directora Feliú asumió el cargo con el desafío de conducir la Biblioteca hacia la generación de un centro de acopio y difusión del conocimiento relevante para el Congreso Nacional, sustentado en tecnologías, personal capacitado, nuevos servicios y productos, actualización de las colecciones y nuevas formas de gestión. Su misión —inspirada en sus experiencias con el ex Director Isidro Suárez— consistió en lograr insertar a la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, en el concierto de las Bibliotecas Parlamentarias modernas, concebidas como centros de recursos de información orientados al apoyo y asesoría en información y conocimiento, al proceso legislativo y a sus principales actores, los parlamentarios.
El gran desafío que enfrentó, en primer lugar, fue restablecer la naturaleza y función de la Biblioteca parlamentaria en el modelo democrático; la Biblioteca, durante el gobierno militar se había adaptado a la situación política asumiendo un rol de biblioteca pública, proveyendo servicios a la comunidad, a estudiantes e investigadores principalmente en derecho y ciencias sociales. Su presupuesto se vio disminuido, el crecimiento de las colecciones se mantuvo en una menor expresión que períodos anteriores, hubo reducciones de personal, no obstante que anteriormente se había iniciado las primeras etapas de automatización de la base legislativa de datos y los catálogos a través de la participación en la Red Nacional de Información Bibliográfica, RENIB.
La Directora, Ximena Feliú, en la ejecución e instrumentalización de esta visión, se vio ante el imperativo de modernizar la institución en cuanto al equipamiento, las colecciones y la capacitación de los recursos humanos.
Asimismo, hubo que trabajar especialmente en la modernización de los aspectos propios de la gestión con la complejidad adicional de un Congreso que sesionaba, ya no en Santiago, —asiento tradicional del Poder Legislativo— sino que en la ciudad de Valparaíso. La disposición de los espacios físicos en la nueva sede oficial del Congreso Nacional, así como los productos y servicios bibliográficos que ahora debían orientarse hacia su usuario