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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 29

europeos. En realidad, estaba constatando una carencia de nuestro Parlamento: las fuentes del pensamiento y la acción jurídicas del derecho positivo; las legislativas, las intelectuales, las académicas, las históricas y culturales estaban en las bibliotecas de los centros de poder. Allí se guardaban las identidades de esos países, su memoria; las raíces creativas del futuro; las que los nutrían y seguirían haciéndolo, tanto a sus personajes públicos, a sus legisladores, como a las instituciones a las que pertenecían para seguir perfeccionándolas. Y el diputado Montt provisto de un claro espíritu emprendedor e innovador había captado el verdadero sentido de la modernidad europea: en esas bibliotecas se encontraban el conocimiento y la información sobre los que se fundamentaba su rigor, crecimiento, solidez y seguridad como países de aquel primer mundo.

Así, Montt se entregó con conocimiento, ahínco y tesón a la tarea de dotar al Congreso chileno de aquellas fuentes de la modernidad; de libros, de textos, de anales, de publicaciones periódicas, de recopilaciones de leyes históricas, de experiencias de países; de clásicos y vanguardistas autores, siempre innovadores, en todos los campos del pensamiento, con aquellos 1.500 pesos que la Cámara había solicitado al Gobierno y luego puesto en sus manos. Sin una biblioteca poderosa, como varias de aquellas que revisó en Europa, representantes y legisladores quedaban casi al margen del mundo moderno, de las exigencias del progreso, de una continuidad a futuro. Esa fue la visión y la misión del diputado Pedro Montt en 1883, cuando Chile, aunque parezca increíble, aún se encontraba en guerra...

Alcanzada la paz en los campos de batalla, al año siguiente, parte de la adquisición de libros que el diputado Pedro Montt acuciosa y meticulosamente había hecho en Europa, y aunque también parezca increíble, casi desaparece en el fondo del mar.

Así, parte del informe de la Comisión de Policía de la Cámara de Diputados, referido a la 20a sesión Extraordinaria, en 20 de diciembre de 1884 señalaba: