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VIRGILIO.

O intenta conducir los jabalíes
A beber en el líquido elemento.
¿Por qué los campos huyes, insensata?
Aquí los dioses y el troyano Páris
Tuvieron mansion grata:
Pálas ame habitar en las ciudades
Que enseñó á construir; pero nosotros
Las selvas siempre amemos;
Do reina paz durable,
Y en sosiego se vive inalterable.
Cual la fiera leona al lobo sigue;
Como el lobo persigue
A la cabra inocente,
Y la cabra al citiso floreciente;
Yo te sigo do quier, oh Galatea,
Y cada cual aquello que desea.
Ya hácia el establo los novillos tornan
Perezosos y uncidos,
Los arados del yugo suspendidos:
Ya el sol hácia el ocaso declinando
De los montes las sombras va aumentando;
Y ámíme abrasa amor. ¿Quién ha intentado
Enfrenar un amor apasionado?
¡Coridon! ¡Coridon! ¿A dó te arrastra
Tu extremada locura,
Que á ella sola entregado,
Tus quehaceres, pastor, has olvidado?
La vid frondosa, que del olmo asida
Con regalado fruto te convida,
A medio podar tienes:
Ni como otros zagales te entretienes