Aquí difundirá con sus clamores:
Miéntras que tus palomas arrullando
Tampoco cesarán, ni sus lamentos
La tórtola en el olmo deplorando.
Antes será que por los raudos vientos
Los veloces venados apacienten,
Confundiéndose así los elementos;
Y que los mares de su seno ahuyenten
Los peces á los bosques africanos,
Y de su ardiente arena se alimenten:
Antes será que beban los lejanos
Partos del Rhin, trocadas las regiones,
Y del undoso Tigris los Germanos,
Que yo jamás me olvide de sus dones,
Y del César benéfico y potente
Se borren de mi pecho las facciones.
Mas nosotros, lanzados crudamente
De nuestros campos, al feroz Escita
Iremos y otros à la Libia ardiente.
Quién al rápido Armiro su cuita
Irá á contar, y quién á do el Britano
Del mundo casi separado habita.
¡Y qué! ¿cierto ha de ser que mi tirano
Destino á no ver nunca me condena
Mi pobre albergue alzado por mi mano?
¿No he de tornar á ver aquesta tierra
(Mis dominios), despues de algunos años,
Que mis amores y mi dicha encierra?
¿Unos soldados, de mi patria extraños,