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ÉGLOGA PRIMERA.
TITIRO Y MELIBEO.
MELIBEO.
Tú aquí so el haya, oh Titiro, coposa
Estás tendido, y sigues ensayando
El són de tu zampona melodiosa.
Nosotros, esta tierra abandonando,
Y aquestos campos y este cielo hermoso,
De la patria nos vamos alejando.
Tú á la hermosa Amarili estás ocioso
A la sombra cantando en la espesura,
Y Amarilis resuena el bosque hojoso.
TITIRO.
Un dios me ha concedido aquesta holgura;
Que miraré cual dios eternamente
Al piadoso que debo esta ventura.
De mis caros apriscos muy frecuente
Ha de bañar la sangre de un cordero
Sus aras en ofrenda reverente:
Que si mis hatos ves por el otero,