XIX debe leerse hartas (égloga I); y que donde dicen, trastrocado absolutamente el sentido:
Pasion en mi, con Daphi comparado, puso Fr. Luis de Leon en tí; que blanca dado á Náis en la égloga II, ha pasado, por inadvertencia tipográfica, á las rosas, miéntras que el blando junco se ha convertido en blanco? ¿Quién ha de sospechar que este verso infeliz:
epíteto de Me acuerdo quien tú eres, ya entendiste, ha sustituido á la excelente reticencia:
Nos acordamos quićn... ya me entendiste; y que en la misma égloga III, en vez de este valiente endecasílabo:
Que al cieto y á la tierra está vecino, escribió algun ignorante este otro prosaico y arrastrado:
Que hinche cuanto veo y determino; al paso que en la égloga V se dice que el canto de la cigarra se alimenta del rocio, en vez de decirlo del pecho, como está en el original y tradujo Fray Luis Ysi á todo esto se agrega una puntuacion casi del todo desatinada, quién podrá cargar al Maestro Leon la responsabilidad de los pecados de Sanchez y Guisolfi, de Lúcas y Orga, y de tantos otros como han tratado con manos pecadoras aquel tesoro poético?