Oro y ébano/Ocaso y orto

Ocaso y orto

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(vistos desde El Morro)

El gran león azul, de alba melena,

no ruge ya... parece que dormita

debajo de la bóveda infinita,

en su cubil de rocas y de arena.


Huye la tarde; prodigiosa escena:

ensangrentado el sol se precipita

en su tumba de oro, y la marchita

frente le anubla un hálito de pena!


El toque lento de oración resuena

en la ciudad distante que se agita

con el vago rumor de una colmena.


Mientras la luna –blanca margarita–

ante el sol –rojo lirio– asoma llena.

¡Mirad: él muere y ella resucita!