Nuestra situación en el momento actual

Venimos a la palestra de la prensa, según nuestro primer número, para defender unos derechos detentados por una monarquía ilegal y arribista que, haciendo escarnio de las leyes seculares de la Nación y de la voluntad de un pueblo, valiéndose de la apatía y cobardía de la mayor parte y la oposición a determinada forma de gobierno de los menos, usurpó indignamente unos derechos sagrados.

Pero, hoy que ya no existe esa usurpación, ya que por la manifestación elocuente, lógica y legal de todo un pueblo que en las urnas ha pronunciado su libérrima voluntad -y quien debía ha sabido muy bien interpretarlo- ha desaparecido, es innecesaria nuestra continuación.

Por otra parte, la República Federativa reconoce la existencia histórica de nuestras nacionalidades ibéricas, entrando estas de lleno en la vida pública de la Nación, base de nuestras aspiraciones o programa político. Réstanos, pues, sólo un punto de él y este es el de Dios, y como sea que la misma Iglesia manifiesta que a ella no le interesa tal o cual forma de gobierno, es decir, que ella puede solucionar sus cosas y vivir tanto en el campo de la República como en el de la Monarquía, queda este también deslindado. Siendo España eminentemente católica, débesele, por tanto, reconocer en justicia esta preferencia, así como la injusta usurpación de sus bienes y devolverle los suyos o sus equivalencias.

Por todo lo expuesto, LA FITA considera no debe ser obstáculo ni peldaño para la renaciente implantación gubernamental, y cumplida la mayor parte de su programa, enmudece temporalmente, dando las más expresivas gracias a cuantos protectores, suscriptores y colaboradores han contribuido a ella hasta el presente.

Y ahora, católicos, en espera del resultado de las Cortes Constituyentes; a trabajar en todos los terrenos, a demostrar vuestro espíritu de lucha, sacrificio y adhesión a la Iglesia, defendiéndola de todas las injusticias, que no dudamos se la querrá sujetas, pues ya no tendréis la disculpa del asunto dinástico.

¡Adios!… ¡Y hasta pronto, por una España grande y Monárquica Tradicional!

LA REDACCIÓN