Non es de sesudos homes

Nota: Esta transcripción respeta la ortografía original de la época.
IV

n

on es de sesudos homes,

ni de infanzones de pro,
facer denuesto á un fidalgo
que es tenudo más que vos;
non los fuertes barraganes
del vuestro ardid tan feroz

prueban en homes ancianos
el su juvenil furor;
no son buenas fechorías
que los homes de León
fieran en el rostro á un viejo,
y no el pecho á un infanzón.
Cuidarais que era mi padre
de Laín Calvo sucesor,
y que no sufren los tuertos
los que han de buenos blasón.
Mas ¿cómo vos atrevisteis
á un home, que sólo Dios,
siendo yo su fijo, puede
facer aquesto, otro non?
La su noble faz ñublasteis
con nube de deshonor,
mas yo desfaré la niebla,
que es mi fuerza la del sol;
que la sangre dispercude
mancha que finca en la honor,
y ha de ser, si bien me lembro,
con sangre del malhechor.
La vuesa, Conde tirano,
lo será, pues su fervor
os movió á desaguisado
privándovos de razón.
Mano en mi padre pusisteis
delante el Rey con furor;
cuidá que lo denostasteis,
y que soy su fijo yo.
Mal fecho fecisteis, Conde,
yo vos reto de traidor;
y catad si vos atiendo
si me causaréis pavor.
Diego Laínez me fizo
bien cendrado en su crisol;

probaré en vos mi fiereza
y en vuesa falsa intención.
Nos vos valdrá el ardimiento
de mañero lidiador,
pues para vos combatir
traigo mi espada y trotón.—
Aquesto al conde Lozano
dijo el buen Cid Campeador,
que después por sus fazañas
este nombre mereció.
Dióle la muerte y vengóse,
la cabeza le cortó,
y con ella ante su padre
contento se afinojó.