No es fabulosa, no, la angustia viva
No es fabulosa, no, la angustia viva,
Que padece ligado el Prometeo,
Pues el águila ilustre de un deseo
Roe mi pecho en la prisión altiva;
No es fabuloso, no, que en la nociva
Sombra infernal cantase el sacro Orfeo,
Pues en infierno de amoroso empleo
Canto con rudo plectro pena esquiva.
No es fabuloso de Faetón osado
El intento del Sol mal conseguido,
Ni de Isis el desvelo enamorado:
Que está mi pensamiento, y mi sentido
Al rayo de un rigor precipitado,
Al lazo de un afecto suspendido.
Esta poesía forma parte del libro Música de el Parnaso (1705)