Niebla (Aguirre)
Nublose el sol de la esperanza mía
que siempre tuvo resplandor escaso,
sin llegar a las cumbres del Ocaso,
la linde al trasponer el mediodía.
Al escalar la pedregosa vía
menguó mi aliento y vacilo mi paso;
y tuve sed y la sacié en tu vaso
¡musa del Septentrión, Melancolía!
Agotado en los medios del camino
en plena juventud, voy peregrino
desalentado, vacilante y ciego.
Nublose el sol de la esperanza mía...
¿No habrá una estrella que me preste guía
en este mar de sombra en que me anego?