​Muerte y vida​ de José María Blanco White


 Al ver la noche Adán por vez primera   
 que iba borrando y apagando el mundo,   
 creyó que, al par del astro moribundo,   
 la creación agonizaba entera.   
 

 Mas, luego, al ver lumbrera tras lumbrera    
 dulce brotar y hervir en un segundo   
 universo sin fin..., vuelto en profundo   
 pasmo de gratitud, ora y espera.   
 

 Un sol velaba mil: fue un nuevo Oriente   
 su ocaso, y pronto aquella luz dormida   
 despertó al mismo Adán pura y fulgente.   
 

 ...¿Por qué la muerte al ánimo intimida?   
 Si así engaña la luz tan dulcemente,   
 ¿por qué no ha de engañar también la vida?