Motivos de Proteo: 091

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Motivos de Proteo de José Enrique Rodó
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XC - La nostalgia: elementos que entran en ella. editar

Sagrada es la melancólica voz que, en tu ausencia de la tierra nativa, viene de lo hondo de tu alma a pedirte que tornes a su seno y a despertar el leve enjambre de las dulces memorias. Bella y compasible es la nostalgia. Pero a su idealidad de pena que nace de amor, mézclanse, en realidad, elementos menos nobles y puros; y no siempre es una delicada forma de sentir lo que obra en ella.

¡Cuántas veces lo que tienes por impulso fiel del corazón en tu desvío de las cosas nuevas que ves y de las nuevas gentes que tratas, no es sino la protesta que tu personalidad, subyugada por el hábito, entumecida en la quietud, opone a cuanto importe de algún modo dilatarla y moverla!... Todo lo que nace en ti de limitación, de inactividad, de servidumbre, se disfraza entonces, para tu propia conciencia, con la máscara de aquel amor. Te enoja, inconscientemente, aquello que te pone a la vista tus inferioridades o las de los tuyos; eludes el esfuerzo íntimo que reclama de ti la comprensión de cuanto, en lo humano, te es ajeno; tocas el límite de tu capacidad simpática; resguardas, por instintivo movimiento, los prejuicios con que estás encariñado y las ignorancias lisonjeadoras de tu egoísmo o de tu orgullo; y todo esto se decora y poetiza con la melancolía del recuerdo amante, que es lo más puro y mejor de la nostalgia; aunque en el complexo de ella predominan elementos menos nobles, como son: las resistencias de una personalidad esquiva y huraña; el desequilibrio de su economía a favor de los elementos de conservación y de costumbre; su defecto de aptitud proteica, llamando así a la virtud de renovarse y transformarse merced a esa facultad de adaptación que hace del hombre ciudadano del mundo, y que, en su expresión más intensa, engendra otra especie de nostalgia, conocida de las organizaciones bien dotadas de simpatía y amplitud: la nostalgia de las tierras que no se han visto, de los pueblos a que aún no se ha cobrado amor, de las emociones humanas de que nunca se ha participado.