Motivos de Proteo: 089
LXXXVIII - La soledad y la permanencia en la patria.
editarLa reclusión en el pedazo de tierra donde se ha nacido, es soledad amplificada, o penumbra de soledad. Todos los engaños que la soledad constante e ininterrumpida cría en la imaginación del solitario, en cuanto al juicio que forma de sí mismo, suelen arraigar también en el espíritu del que no salió nunca de su patria; y cuando ha respirado el aire del extranjero, se disipan: ya se traduzca esto en desmerecimiento o en reintegración; ya sea para palpar la vanidad de la fama que le lisonjeaba entre los suyos; ya, por lo contrario, para saber que ha de estimarse en más y que puede dar de sí más que pensaba: ya como el ermitaño cuya ilusión de santidad se deshizo en presencia de la silvestre florecilla; ya como aquel que, viviendo en retraimiento e inacción, se creyera a sí propio débil y cobarde, hasta que, envuelto inopinadamente en la ocasión del peligro, desplegase un valor que él no sospechaba, y una vez adquirida la conciencia de esta superioridad, obrase en adelante estimulado por ella, subiendo el tono de su altivez y extendiendo el vuelo de sus ambiciones.