Morir habemus
MORIR HABEMUS.
Ese pollo que ves en la cocina
Colgado de las patas y sin pluma,
Ese vaso de vino con espuma
Que te hace andar á ratos de bolina:
Esa apretada y roja tagarnina
Que ménos arde cuanto más se fuma,
Ese dolor de muelas que te abruma
Y esa baja de fondos que te arruina;
No son, como tú piensas, nimiedades,
Ni caprichos tampoco de la suerte
Que otros suelen llamar casualidades.
Ejemplos son con que el Señor te advierte
forma que cumple á sus bondades,
Que todo es ilusión, menos la muerte.
Madrid, 1867.