Soneto al ver por primera vez una moneda de plata con el busto de José Napoleón
de Cristóbal de Beña


 De las Españas y las Indias rey   
 se apellida en su busto el balandrón,   
 por llamarse no más Napoleón,   
 y mandar de asesinos una grey.   
 

 Mas quiebra la verdad la eterna ley 
 dándose tal dictado fanfarrón,   
 pues no le pertenece ni un terrón   
 de los que arando rompe el tardo buey.   
 

 Poco importa que un pérfido cincel   
 una en su escudo el águila imperial   
 con los leones que se burlan de él,   
 

 si puesta toda en armas, por su mal,   
 la fuerte España borrará con hiel   
 de unión tan execrable aun la señal.