Mitos y fantasías de los aztecas.
de Guillermo Marín Ruiz
Mitos y fantasías sobre Moctezuma II.

VII. MITOS Y FANTASÍAS SOBRE MOCTEZUMA II.

Que era pusilánime e inseguro.

Ya se demostró que esa es una mentira colonizadora. Moctezuma, como la elite dirigente de la Triple Alianza, fue educada en el Calmécac de Cholula, último reducto de la sabiduría tolteca que mantenía contacto con los pueblos y sus dirigentes. Los toltecas educaban bajo las estrictas normas a los futuros dirigentes. Por esta razón, el Tlatoani mexica no pudo ser una persona pusilánime e insegura. Por el contrario, era muy severo y muy entregado a la doctrina de Quetzalcóatl.

Que él tomaba las decisiones de la Confederación de la Triple Alianza.

Ningún Tlatoani o Cihuacóatl mexica podía hacerlo, porque tenía sobre su autoridad al Consejo Supremo y por lo menos tres mil años de tradición de “mandar obedeciendo”. Era tal el poder del Tlatócan que cuando se dieron cuenta que Cortés tenía encadenado a Moctezuma y le daba órdenes, el Tlatócan lo destituyó y nombró a Cuitláhuac en su lugar. Cortés y sus secuaces no dieron crédito, pues ellos pensaban que un tlatoani era lo mismo que un rey, y para los europeos de esa época los reyes eran designio de Dios en la Tierra, por lo cual ninguna autoridad humana los podía destituir.

Que no supo enfrentar la invasión europea.

En la civilización del Anáhuac la palabra era “un compromiso”. El nivel de educación era mucho más elevado en los anahuacas, y mentir, era algo muy penado, especialmente en altos niveles de autoridad. Desde el Telpochcalli, los niños eran estrictamente educados al respecto y debe de recordarse que cuando llegaron los europeos, los anahuacas tenían tres mil años de ir a la escuela. Cortés basó toda su estrategia en la mentira, el engaño y la intriga.

Comenzando con Diego Velázquez y los españoles de Cuba. Pero también con los propios compañeros de la expedición a quienes engañó, mintió y robó. Cortés llegó mintiendo al Anáhuac, afirmaba que él, era “el capitán de Quetzalcóatl” y que lo había enviado desde el otro lado del mar a restablecer su poder. El Tlatócan y Moctezuma muy tarde se dieron cuenta de que Cortés era un impostor, que mentía y sobre todo, que estaban frente a un invasor que provocó a propósito, una guerra civil para sacar la mejor parte.

La dirigencia mexica nunca pensó que Cortés y sus forajidos, serían capaces de aprovechar las debilidades estructurales e históricas, es decir, la trasgresión del pensamiento y religión de Quetzalcóatl y capitalizar las rivalidades entre los pueblos y el rencor que todos tenían en contra de la dominación mexica, que había trastocado las milenarias tradiciones religiosas, sociales y culturales heredadas de los toltecas.

Que era amante de Cortés.

El mexicano en general, es educado en una ideología criolla, en la que se justifica como “un acto civilizador” la conquista y la Colonia. Se alaba al extranjero que “llega, divide y vence”, sea Hernán Cortés, Maximiliano de Habsburgo o Carlos Slim. Lo usual es “aceptar que México es un país mestizo”, pero inmediatamente se presume del “abuelito español” y del color de la piel. De modo que muy pocos se sienten orgullosos de “su parte indígena”, y de ellos, muchos menos conocen la historia y cultura ancestral. Así que sí se aprende en el Libro de Texto a nombrar la batalla en la que los mexicas derrotaron a los invasores extranjeros como “Batalla de la Noche Triste”, se puede entender el por qué se reproducen estos mitos y fantasías colonizantes entre los propios mexicanos. Recientemente ha empezado a circular una novela en la que se afirma que Moctezuma era amante de Cortés.

Que fue asesinado por su pueblo.

En la Historia Oficial gubernamental, que es la biografía del Estado Criollo, solo existen “buenos y malos”. Por supuesto que “los buenos” son Cortés y su banda de delincuentes, además de “los españoles” que han llegado después a cristianizar, civilizar, rescatar, educar, enseñar, organizar, progresar, modernizar, desarrollar, integrar, industrializar y globalizar, a los primitivos, salvajes y caníbales pueblos atrapados en las garras del demonio.

El héroe de la Conquista indudablemente fue Cortés para la cultura dominante criolla. Los historiadores “hispanistas y colonizados” han cambiado la historia para hacer aparecer un HOLOCAUSTO y a los criminales que lo realizaron, como un glorioso avance humanista renacentista, y la epopeya de valientes, esforzados y heroicos hombres enfrascados en una lucha por las causas justas de Dios y la civilización.

De modo que Cortés para la Historia Oficial: "quemó las naves como un acto de valor y heroísmo", o como la medida para aplastar el motín que lo quería llevar preso a Cuba y pedir que Velázquez nombrara a un nuevo capitán y continuar “legalmente” el mapeo de las costas y el “rescate” (robo y saqueo) de oro, plata y joyas, como había sido autorizado legalmente desde España.


De la misma manera, en la Historia Oficial, Cortés no ordena la matanza del Templo Mayor y mucho menos manda asesinar a Moctezuma y a toda su séquito, cuando se da cuenta que el Tlatócan ya nombró a una nueva autoridad y que Moctezuma no le sirve para nada. La Historia Oficial afirma que los propios mexicas apedrearon a su ex tlatoani.