​Mis sueños​ de Clemente Althaus

Cuando abrumado me siento
con los males de la vida,
y mi dolor la medida
excede del sufrimiento;
tú, dulce sueño profundo,
ser mi único alivio sueles,
pues traspaso los dinteles
contigo de aqueste mundo.
¡Cuán dichoso soy, si duermo!
¡Cuán diverso el paraíso
que mis dulces sueños piso
de este tristísimo yermo!
Y sus altos moradores,
¡Cuánto más bellos y buenos
y afables que los terrenos,
y en mente y saber mayores!
Luz que vista y alma alegra
brilla, allí tan pura y clara,
que con ella semejara
triste nuestra luz y negra.
Donde quiera sin cesar
blanda música se siente,
que envuelve, cual nuevo ambiente,
aquel sagrado lugar!
Flores mil veces más bellas
que las de nuestros jardines,
lirios de luz y jazmines
que vencen a las estrellas
cría ese eterno pensil,
y libres corren por él
de dulce fragante miel
y néctar arroyos mil.
Si os sucede vez alguna
hallarme al sueño rendido,
no me despertéis, os pido,
porque el vivir me importuna.
Y me acomete un pesar
tan hondo, cuando despierto,
que quisiera haberme muerto
para nunca despertar;
y por templar mi aflicción,
en convencerme me empeño
de que es la verdad el sueño
y la vida la ilusión.


(1855)


Esta poesía forma parte del libro Obras poéticas (1872)