Mil veces digo, entre los brazos

Mil veces digo, entre los brazos
de Francisco de Aldana


Mil veces digo, entre los brazos puesto
de Galatea, que es más que el sol hermosa;
luego ella, en dulce vista desdeñosa,
me dice: "Tirsis mío, no digas eso".


Yo lo quiero jurar, y ella de presto,
toda encendida de un color de rosa,
con un beso me impide y, presurosa,
busca tapar mi boca con un gesto.


Hágole blanda fuerza por soltarme,
y ella me aprieta más y dice luego:
"No lo jures, mi bien, que yo te creo".


Con esto, de tal fuerza a encadenarme
viene que Amor, presente al dulce juego,
hace suplir con obras mi deseo.