Mil veces de tu mano me he escapado
Mil veces de tu mano me he escapado y al punto de la muerte y fin venido, y tantas he tornado y te he seguido, Amor, y nunca quedo escarmentado; mil veces he propuesto y he jurado de no seguir tu bando y tu partido, viéndome en tu poder triste y perdido, y tantas mi palabra y fe he quebrado. Ahora, en este trance y mal que siento, causado de tus manos crudamente, bien justo era cumplir el juramento; mas, triste, ¿qué haré, que no consiente la dura suerte, el áspero tormento, que el siervo del señor se halle ausente?